Blanco Carrara
CUARZO
Barras de cocina, mesas etc.
Estos acabados llevan el nombre de cuarzo porque su principal materia prima es la roca de cuarzo o sílice, uno de los más duros y abundantes de la naturaleza. De hecho, el cuarzo ocupa el puesto siete de 10 en la escala de dureza de Mohs. Solo es superado por el topacio, el corindón y el diamante. El cuarzo que se utiliza para los mesones y encimeras es más duro, sólido y compacto que el granito porque es trabajado. Esto quiere decir que estas superficies de cuarzo se obtienen mediante un proceso industrial muy similar al de las cerámicas, donde la mezcla de los materiales pasa por un procedimiento de vibrocompresión al vacío, técnica que le dará al material una característica de alta resistencia y nula porosidad. La combinación más usual es del 84 al 95% de roca y arena de sílice; 2 al 14% de resina poliéster, según el color; 1% de pigmentos orgánicos y 1% de ligantes y catalizadores.
La proporción de los cuarzos, por ejemplo, es el 94% de polvo de cuarzo y el 6% de resinas de alta resistencia y colorantes. Este tratamiento, convierte al cuarzo en más duro, compacto y resistente que el granito, pues tiene el grano cerrado y no abierto como esa roca natural. Pero esa solo es una característica del cuarzo; hay otras que lo convierten en un material idóneo para resistir el alto tránsito y la acción de los agentes naturales. No se raya, no se mancha, tiene una gran resistencia al golpe gracias a su prensado (100 t/cm2), no se deteriora con el tiempo (mínimo 30 años de vida útil), no se destiñe y presenta una gama muy amplia de colores, especialmente llanos, que no tienen otros materiales. Es más, ahora hay nuevos diseños que imitan la textura del cuero y algunas rocas naturales. Otra ventaja, es que por su gran compactación los cuarzos son antibacteriales; es decir, su contaminación por estos microorganismos es casi nula.